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El diamante de Moonfleet (John Meade Falkner)
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Dicen los mentideros de Internet, y los que no lo son, también, que Stevenson dijo de la presente novela "es la historia que siempre quise escribir, pero lo único que me salió fue "La isla del tesoro". Cosa rara, ya que Stevenson murió en 1894 y esta "El diamante de Moonfleet" se publicó en 1898. Sea como fuere, sirva esta pequeña anécdota para dejar claro que ambas historias tienen multitud de puntos en común, y mientras una se ha alzado como una novela de aventuras clásica que ha trascendido y se ha elevado al olimpo del género, otra ha quedado en el olvido (o cierto olvido, diría) de una forma bastante injusta. No diré aquí que Falkner consigue un mejor libro que Stevenson, pero sí me atrevería a decir que andan a la par. Según gustos y momentos, imagino. Cabe decir, por otra parte, que si bien ambas novelas comparten aspectos y algún que otro enfoque, al final del día terminan siendo dos historias fuertemente diferenciadas. Sí, tenemos como motor la dinámica entre dos personajes, la búsqueda de un tesoro (esto un poquito a medias, luego vamos a ello) y la narración en primera persona. Todo nos suena, pero todo es diferente.

"El diamante de Moonfleet" tiene como protagonista a John Trenchard, un chaval del pueblo costero inglés de Moonfleet, que vive con su tía, y que por vicisitudes del destino, y su propia curiosidad, se verá inmiscuido en asuntos de contrabandistas y la búsqueda de un tesoro (el diamante del título) que le llevará a lugares que jamás hubiera imaginado junto a su amigo, y podríamos decir en un momento dado, padre adoptivo, Elzevir Block.

La sinopsis que me acabo de marcar, no obstante, puede llevar a engaño. No hemos de esperar un viaje increíble a la altura de "La isla del tesoro", en la que Jim Hawkins se embarcaba rumbo a lo desconocido en busca de riquezas. Casi toda la novela, de hecho, se ubica en Moonfleet. Ni siquiera Falkner pretende crear una novela de aventuras al uso en la que el protagonista viva mil y una peripecias poniendo en riesgo su vida en momentos cargados de acción. Sí hay, por el contrario, un par de sucesos, uno en el primer tercio, otro al final, que son pura intensidad y que nos transportarán al momento y el lugar que John vivirá, sintiendo la angustia, el miedo, la adrenalina y el peligro que el propio chico siente.

Ojo con esto. He descubierto en Falkner a un escritor que maneja la narrativa y el lenguaje para crear dichos momentos como pocos me he encontrado. Estos dos momentos, sobre todo el último, son bárbaros. Recalco estos dos momentos ya que son los que más me han llamado la atención, pero en líneas generales, las páginas fluyen solas, y cuando las cosas se ponen serias, nos veremos pasar las páginas como auténticos posesos, y si bien la trama podemos achacarle cierta previsibilidad (o mucha en ocasiones), la fuerza del libro no radica tanto en su historia, si no más bien en sus dos personajes protagonistas. John Trenchard y Elzevir Block desarrollan una relación cercana, entrañable, con sus más y sus menos, pero siempre humana, que hace que el lector viva en la piel de ambos personajes y sienta dicha relación, casi, como suya. 

Es tan cantoso el asunto, que lo que es la trama en sí, la del diamante, no arrancará de verdad hasta la mitad de la novela. Una novela que no llega a las 400 páginas, y el autor se toma el lujazo de tirarse casi 200 en presentación y desarrollo de sus dos personajes protagonistas, así como de la construcción de su relación. Y es esta relación, y no ninguna búsqueda ni ningún tesoro, el alma del libro. Y funciona maravillosamente. 

Para entendernos y ponerlo en pocas palabras. El libro está escrito del puto carajo. Muy recomendable.
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(19-07-2021, 10:04 PM)Leto83 escribió: Dicen los mentideros de Internet, y los que no lo son, también, que Stevenson dijo de la presente novela "es la historia que siempre quise escribir, pero lo único que me salió fue "La isla del tesoro". Cosa rara, ya que Stevenson murió en 1894 y esta "El diamante de Moonfleet" se publicó en 1898. Sea como fuere, sirva esta pequeña anécdota para dejar claro que ambas historias tienen multitud de puntos en común, y mientras una se ha alzado como una novela de aventuras clásica que ha trascendido y se ha elevado al olimpo del género, otra ha quedado en el olvido (o cierto olvido, diría) de una forma bastante injusta. No diré aquí que Falkner consigue un mejor libro que Stevenson, pero sí me atrevería a decir que andan a la par. Según gustos y momentos, imagino. Cabe decir, por otra parte, que si bien ambas novelas comparten aspectos y algún que otro enfoque, al final del día terminan siendo dos historias fuertemente diferenciadas. Sí, tenemos como motor la dinámica entre dos personajes, la búsqueda de un tesoro (esto un poquito a medias, luego vamos a ello) y la narración en primera persona. Todo nos suena, pero todo es diferente.

"El diamante de Moonfleet" tiene como protagonista a John Trenchard, un chaval del pueblo costero inglés de Moonfleet, que vive con su tía, y que por vicisitudes del destino, y su propia curiosidad, se verá inmiscuido en asuntos de contrabandistas y la búsqueda de un tesoro (el diamante del título) que le llevará a lugares que jamás hubiera imaginado junto a su amigo, y podríamos decir en un momento dado, padre adoptivo, Elzevir Block.

La sinopsis que me acabo de marcar, no obstante, puede llevar a engaño. No hemos de esperar un viaje increíble a la altura de "La isla del tesoro", en la que Jim Hawkins se embarcaba rumbo a lo desconocido en busca de riquezas. Casi toda la novela, de hecho, se ubica en Moonfleet. Ni siquiera Falkner pretende crear una novela de aventuras al uso en la que el protagonista viva mil y una peripecias poniendo en riesgo su vida en momentos cargados de acción. Sí hay, por el contrario, un par de sucesos, uno en el primer tercio, otro al final, que son pura intensidad y que nos transportarán al momento y el lugar que John vivirá, sintiendo la angustia, el miedo, la adrenalina y el peligro que el propio chico siente.

Ojo con esto. He descubierto en Falkner a un escritor que maneja la narrativa y el lenguaje para crear dichos momentos como pocos me he encontrado. Estos dos momentos, sobre todo el último, son bárbaros. Recalco estos dos momentos ya que son los que más me han llamado la atención, pero en líneas generales, las páginas fluyen solas, y cuando las cosas se ponen serias, nos veremos pasar las páginas como auténticos posesos, y si bien la trama podemos achacarle cierta previsibilidad (o mucha en ocasiones), la fuerza del libro no radica tanto en su historia, si no más bien en sus dos personajes protagonistas. John Trenchard y Elzevir Block desarrollan una relación cercana, entrañable, con sus más y sus menos, pero siempre humana, que hace que el lector viva en la piel de ambos personajes y sienta dicha relación, casi, como suya. 

Es tan cantoso el asunto, que lo que es la trama en sí, la del diamante, no arrancará de verdad hasta la mitad de la novela. Una novela que no llega a las 400 páginas, y el autor se toma el lujazo de tirarse casi 200 en presentación y desarrollo de sus dos personajes protagonistas, así como de la construcción de su relación. Y es esta relación, y no ninguna búsqueda ni ningún tesoro, el alma del libro. Y funciona maravillosamente. 

Para entendernos y ponerlo en pocas palabras. El libro está escrito del puto carajo. Muy recomendable.
Una pequeña maravilla, y super recomendable como lectura veraniega.. Gracias por la reseña Leto
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@Jou de nada! Muy cierto, se lee muy rápida y entra sola.
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