| 0 | 0 | ||
Chai es un chaval que se acerca a Vandelay Technologies con la idea de que su brazo impedido sea sustituido por uno robótico, y así de paso, cumplir su sueño de ser una estrella del rock. No obstante, un accidente ocurre y, si bien Chai consigue sustituir su brazo biológico, también le instalan su Ipod en el pecho. Ni que decir tiene que a Chai la música le pirra, y se pasa el día con los cascos puestos. Una vez ha ocurrido el aparatoso incidente, Chai se encuentra dentro de las instalaciones de Vandelay, y poco a poco descubrirá que la megacorporación tiene intenciones oscuras con uno de sus productos estrella.
Esta sería la premisa del juego, muy a grandes rasgos. Pareciera que la cosa va muy en serio, una historia muy cyberpunk y toda la pesca. Nada más lejos. "Hi-f Rush" hace del sentido del humor su arma, la música y el ritmo, su componente jugable, un vestido que enmascara las mecánicas típicas de un hack n´slash, pero que combinadas con esa predilección por las canciones y el ritmo, hacen que el juego se sienta bastante único y característico. Y funciona de maravilla. Los combates se basan en articular combos pero siguiendo el ritmo, esto es, lo que en otras ocasiones puede considerarse un machacabotones más, aquí el ritmo de los combos, de los ataques débiles y fuertes, y la buena sincronización con el último golpe, hará que la efectividad de Chai aumente, los puntos suban, y el juego bonito se haga una tónica que el jugador busque de forma constante.
Por el camino, nos iremos encontrando diferentes personajes, cada cual variopinto a su modo, así como con una serie de jefes finales que son una delicia a los que enfrentarse, ya no sólo por la mecánica jugable, sino también por un diseño fantástico. Lo cual es una constante. El juego no solo luce estupendo gracias a unos gráficos llenos de color, sino también a ese estilo manga sin estar sobrecargado, y los propios diseños de los personajes, que dentro de ser algo estrafalarios, casan muy bien con la historia y la personalidad de cada uno de ellos. Añadirle además un doblaje coconut. La guinda además es un guión divertidísimo, con situaciones la mar de simpáticas, diálogos cómicos estupendamente bien metidos y una trama que en ningún momento se toma demasiado en serio a sí misma, pero que contra todo pronóstico, cuando se pone en un momento dado a desarrollar el objetivo personal de uno de los personajes, toca las teclas adecuadas para que nos involucremos y sintamos cosicas. Para rematar, y esto es algo muy personal, he jugado sus 15 horitas acompañado de mis dos canijos, que les encanta verme darle al mando, y nos lo hemos pasado los tres piruleta con los golpetazos de Chai, las arenas difíciles que me costaban, los jefes finales, y los diálogos llenos de chispa. Una maravilla en suma, un juegazo con todas las letras, que merece cada leuro invertido en él.
¡Estúpido hombre sabio!
